PUEBLOS ANDINOS INCAS
Simultáneamente, y con gran difusión, las versiones históricas sobre Manco Cápac y sobre los Hermanos Áyar, presentaban al pueblo inka convencido también de su ancestral raíz andina.
A través de ellas adquirió conciencia de que ocupaba una porción de la cordillera desde muchos siglos atrás. Quedó intensamente identificado con ese pedazo de los Andes.
Con él y en él había evolucionado desde formas muy primitivas hasta avanzados modos de organización social. De hecho, los miembros del pueblo inka que arribaron al siglo XV eran herederos de largos e intrincados procesos históricos –como bien lo recuerda Jordi Gussinyer–.
Las versiones históricas de Manco Cápac y los Hermanos Áyar, que los primeros cronistas europeos denominaron “fábulas”,se llaman hoy “leyendas” o “mitos”, porque
también hay el pleno convencimiento de que están plagadas de elementos argumentales
fantasiosos, como los que hacen referencia a supuestos “surgimientos de entre las espumas del lago Titicaca”, o al hecho de que los hombres quedaban “convertidos en piedra”, etc.
Pero, en su momento, a la luz de los conocimientos con que se contaba, eran ni más ni menos que las versiones históricas oficiales, elaboradas y difundidas por los especialistas y aceptadas y prestigiadas dentro del pueblo inka, entre otras razones, porque le resultaban verosímiles.
Su importancia, hoy, reside en que, más allá de lo fantástico, ofrecen información suficiente para formular una versión histórica distinta pero, en esencia, congruente con la que explicitan.
De paso y a propósito del famoso lago Titicaca, diremos que hoy, a caballo entre los siglos XX y XXI, con infinitamente más información que en el remoto período preimperial inka, la seudo ciencia exhibe soberbia mitos tan fantasiosos como aquéllos. Así, Felipe Cossío del Pomar en El mundo de los Incas nos recuerda que algunos arqueólogos consideran a la región del lago “como la cuna de la civilización humana”.
Pequeños grupos campesinos conformaron los más remotos ayllus inkas que se instalaron en un reducido rincón del área andina meridional, en el espacio que dejan las cordilleras central y oriental, y por donde corren los ríos Vilcanota y Paucartambo y sus innumerables afluentes, conformando a su vez incontables valles.
Conforme creció la población, los viejos ayllus fueron dividiéndose, por lo general a uno y otro lado de los ríos, esparciéndose en el territorio, ocupándolo en cinturones con-céntricos cada vez más amplios. Los nuevos ayllus debían necesariamente desplazarse y ocupar tierras cada vez más distantes de las que ocupaba el grupo original. Y los cerros, ríos, quebradas y otros accidentes geográficos, contribuían aún más a separarlos.
Cada grupo fue organizándose independientemente, con autonomía. Así, cada vez eran más tenues las relaciones de parentesco con sus vecinos. Cada vez más débiles y frágiles las relaciones jerárquicas con el centro primigenio. El proceso centrífugo fue inevitable.Armando Medrano Zuniga
Se fue dando lentamente, al ritmo en que aparecía cada nueva generación.
Los pueblos en el Perú son muy importantes para ayudarnos a recordar nuestra cultura que se esta perdiendo y como ejemplo .
Nuestra exposición en Alianza Francesa cusco Pueblos Andinos y la escritura o pallays de la vestimenta de nuestra cultura.
Pagina Principal
Simultáneamente, y con gran difusión, las versiones históricas sobre Manco Cápac y sobre los Hermanos Áyar, presentaban al pueblo inka convencido también de su ancestral raíz andina.
A través de ellas adquirió conciencia de que ocupaba una porción de la cordillera desde muchos siglos atrás. Quedó intensamente identificado con ese pedazo de los Andes.
Con él y en él había evolucionado desde formas muy primitivas hasta avanzados modos de organización social. De hecho, los miembros del pueblo inka que arribaron al siglo XV eran herederos de largos e intrincados procesos históricos –como bien lo recuerda Jordi Gussinyer–.
Las versiones históricas de Manco Cápac y los Hermanos Áyar, que los primeros cronistas europeos denominaron “fábulas”,se llaman hoy “leyendas” o “mitos”, porque
también hay el pleno convencimiento de que están plagadas de elementos argumentales
fantasiosos, como los que hacen referencia a supuestos “surgimientos de entre las espumas del lago Titicaca”, o al hecho de que los hombres quedaban “convertidos en piedra”, etc.
Pero, en su momento, a la luz de los conocimientos con que se contaba, eran ni más ni menos que las versiones históricas oficiales, elaboradas y difundidas por los especialistas y aceptadas y prestigiadas dentro del pueblo inka, entre otras razones, porque le resultaban verosímiles.
Su importancia, hoy, reside en que, más allá de lo fantástico, ofrecen información suficiente para formular una versión histórica distinta pero, en esencia, congruente con la que explicitan.
De paso y a propósito del famoso lago Titicaca, diremos que hoy, a caballo entre los siglos XX y XXI, con infinitamente más información que en el remoto período preimperial inka, la seudo ciencia exhibe soberbia mitos tan fantasiosos como aquéllos. Así, Felipe Cossío del Pomar en El mundo de los Incas nos recuerda que algunos arqueólogos consideran a la región del lago “como la cuna de la civilización humana”.
Pequeños grupos campesinos conformaron los más remotos ayllus inkas que se instalaron en un reducido rincón del área andina meridional, en el espacio que dejan las cordilleras central y oriental, y por donde corren los ríos Vilcanota y Paucartambo y sus innumerables afluentes, conformando a su vez incontables valles.
Conforme creció la población, los viejos ayllus fueron dividiéndose, por lo general a uno y otro lado de los ríos, esparciéndose en el territorio, ocupándolo en cinturones con-céntricos cada vez más amplios. Los nuevos ayllus debían necesariamente desplazarse y ocupar tierras cada vez más distantes de las que ocupaba el grupo original. Y los cerros, ríos, quebradas y otros accidentes geográficos, contribuían aún más a separarlos.
Cada grupo fue organizándose independientemente, con autonomía. Así, cada vez eran más tenues las relaciones de parentesco con sus vecinos. Cada vez más débiles y frágiles las relaciones jerárquicas con el centro primigenio. El proceso centrífugo fue inevitable.Armando Medrano Zuniga
Se fue dando lentamente, al ritmo en que aparecía cada nueva generación.
Los pueblos en el Perú son muy importantes para ayudarnos a recordar nuestra cultura que se esta perdiendo y como ejemplo .
Nuestra exposición en Alianza Francesa cusco Pueblos Andinos y la escritura o pallays de la vestimenta de nuestra cultura.
Pagina Principal